_DSC0072

Anclar la educación artística y cultural como columna vertebral de la ciudadanía

Arte Ciudadano
1 diciembre 2025

En un momento de profundas fracturas sociales y retos planetarios urgentes, desde la Fundación Daniel y Nina Carasso impulsamos el arte como una fuerza irrenunciable para tejer futuros más justos y sostenibles. Con esta visión organizamos el pasado 1 de octubre una mesa redonda bajo el título Cuando el arte entra en la escuela, nace la posibilidad de otro futuro –junto con el Museo Nacional del Prado– en el marco de la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (Mondiacult). Este foro de la UNESCO convirtió a Barcelona en un epicentro de reflexión y acción en torno a la cultura, donde el papel de las instituciones educativas se reveló como trascendental para el cambio social.

La mesa convocó a voces muy diversas, con la voluntad de generar un espacio en el que tanto decisores políticos como agentes del sector pudiesen dialogar, compartir experiencias y alcanzar consensos. Así, en el diálogo, moderado por Lucía Casani, directora general de la Fundación Daniel y Nina Carasso para España, participaron Cecilia Barbieri, jefa de la Sección de Educación para la Ciudadanía Global y la Paz de la UNESCO; Paulo Pires do Vale, comisario del Plan Nacional das Artes Portugal; Ana Moreno, coordinadora general de Educación del Museo del Prado y Andrea de Pascual, miembro de PLANEA, red de arte y escuela. Asimismo intervinieron en la fila cero como invitadas Nela Riehl, presidenta de la Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo; Jazmín Beirak, directora general de Derechos Culturales del Ministerio de Cultura de España; y Gemma Carbó, representante de la Alianza de Fundaciones por la Educación Artística y Cultural.

La conversación sentó las bases de una hoja de ruta inspiradora para desmantelar barreras, reimaginar espacios y consolidar la educación artística y cultural como columna vertebral de la ciudadanía. El objetivo compartido es caminar hacia una consolidación del arte en la escuela como una política de Estado estable, transversal y con capacidad real de transformar nuestras sociedades. 

Uno de los desafíos que se identificaron es la necesidad de superar los ciclos electorales y el cortoplacismo político. En este sentido, Cecilia Barbieri puso el foco en la urgencia de contar con políticas culturales y educativas estables. “La educación artística no puede ser una flor de un día, dependiente de un solo período de gobierno. Necesita un anclaje institucional que la convierta en una política de Estado”, afirmó. Para la UNESCO, la clave reside en forjar una narrativa compartida que eleve la cultura y la educación al nivel de un pacto nacional, y no una simple agenda de gobierno.

Esta estabilidad exige una estrategia de trabajo en múltiples capas, desde el compromiso de las instituciones hasta la implicación de los espacios de referencia locales, siempre con una visión que asegure la participación de todos los actores de la sociedad civil. Solo así se puede dotar a la educación artística de la prioridad que merece, garantizada por marcos normativos sólidos.

_DSC0064
«
La cultura y la educación deben vincularse intrínsecamente con la paz, los derechos humanos y la sostenibilidad. El arte, desde esta óptica, no solo genera belleza, sino que desarrolla las competencias ciudadanas imprescindibles para enfrentar los dilemas del futuro
»
Cecilia Barbieri, jefa de la Sección de Educación para la Ciudadanía Global y la Paz de la UNESCO

Por su parte, Pablo Pires do Vale, recalcó que la estabilidad es posible cuando se diseña con visión de largo plazo como es el caso del Plan Nacional das Artes en Portugal, que constituye un faro de inspiración. «Nuestros planes se proyectan a 10 años y esto permite que el cambio sea estructural y no solo cosmético«, explicó. Para ello además, según Pires do Vale, la escuela desempeña un papel fundamental pero no es el único espacio: el arte debe colonizar desde las instituciones culturales, hasta los ayuntamientos y el sector privado. “Se requiere una estrategia transversal, porque la transformación real en la escuela depende de que su entorno se mueva con ella», entendiendo la cultura como un motor de desarrollo territorial. 

Los y las ponentes coincidieron en que salir de la escuela para participar en la vida cultural debe ser algo cotidiano, igual que para las instituciones culturales entrar en las escuelas. En este mismo sentido, Ana Moreno planteó que cada vez más desde el Museo Nacional del Prado se trabajan los programas educativos con un enfoque no de «visitar el museo», sino «habitarlo». Se trata así de convertir la institución en un territorio educativo en sí mismo, llevando prácticas museísticas –como el diálogo, la experimentación, el pensamiento lento y disruptivo– al sistema educativo. «La continuidad es fundamental: la formación debe atravesar todas las etapas educativas y el museo debe estar al servicio de la sociedad y ofreciendo el arte en la escuela como experiencia accesible a todas las personas”, enfatizó Moreno.

El arte ofrece un espacio de experimentación vital, no solo para niños, niñas y jóvenes, sino también para el profesorado, que requiere de herramientas y actualización. “El arte y la cultura no son una asignatura más, sino un espacio transversal”, señaló Andrea de Pascual, como parte de la red PLANEA, un ejemplo del modelo de alianzas que impulsamos desde la Fundación Daniel y Nina Carasso. El reto es evitar la rigidez del sistema educativo y lograr “que el arte no se quede en los márgenes”, sino que sirva para actualizar metodologías, posibilite la innovación pedagógica y traiga a la escuela las tensiones del presente, mejorando así la capacidad de acción y los resultados académicos”.

En este mismo sentido, al dar paso a los participantes de la fila cero, Lucía Casani subrayó la importancia de las alianzas público-privadas “para que el arte se convierta en una herramienta de transformación fundamental en las escuelas, para el desarrollo integral de los alumnos y para generar futuros posibles”.

Desde el ámbito de las políticas públicas Jazmín Beirak Ulanosky mostró su voluntad de convertir la educación cultural en un eje estructural ineludible. En España este apoyo institucional al binomio arte y escuela se concreta desde el propio Ministerio de Cultura que “ha realizado transferencias a las Comunidades Autónomas para financiar proyectos artísticos que puedan estar de manera permanente integrados en el propio funcionamiento de los centros educativos”. Como impulsora del Plan de Derechos Culturales, Beirak recalcó la importancia de la mediación y de una formación específica para docentes que pueda dotarlos de herramientas para esta nueva pedagogía. Esto ya se está llevando a cabo con iniciativas como la actividad formativa abierta “Arte y escuela: Educar para la participación cultural” coordinada por Gemma Carbó.

Por su parte, Nela Riehl afirmó que es necesario “transformar las disciplinas escolares” para, en cierto sentido –como propuso Pires do Vale–, “indisciplinar la escuela”, entendiendo el arte más allá del aprendizaje de una materia o de una técnica. Además, profundizó en el rol que, a nivel institucional, puede desempeñar la Unión Europea y expresó la necesidad de que “el Parlamento Europeo apoye a los Estados miembros para tener procesos estables”. El desafío es evitar políticas verticales y pasar de la “democratización de la cultura” a la “democracia cultural”, ya que mientras la primera lleva la cultura a las personas, la segunda la construye con ellas. 

En un espacio como Mondiacult, donde decisores políticos y sociedad civil se encuentran para dialogar y construir juntos, este diálogo impulsado por la Fundación Daniel y Nina Carasso no sólo sirvió para compartir buenas prácticas sino que activó un compromiso por un futuro donde la cultura, a través de la educación, pueda constituir el cimiento de la cohesión social.

El debate de Barcelona sirvió también para reafirmar la convicción de que la importancia del arte en la escuela es ya incuestionable y que educación artística y cultural no es un mero complemento curricular, sino una infraestructura esencial para formar seres humanos críticos, empáticos y capaces de imaginar soluciones creativas a los problemas que nos interpelan.

¡Mantente al tanto!
Centros de interés