Conscientes de la capacidad de las fundaciones para desempeñar un papel estratégico gracias al capital del que disponen y a su conocimiento de las necesidades, la Fundación despliega un esfuerzo consciente para profundizar en su misión filantrópica mediante el desarrollo de una política de inversión ambiciosa para promover la emergencia y el desarrollo de empresas alternativas, en ocasiones incluso disruptivas, que compartan su visión y sus valores y que, además, asuman el carácter urgente de la transformación necesaria para responder a los desafíos actuales.
Inversiones coherentes con nuestra misión social
Tras la cesión de su patrimonio histórico en acciones, la Fundación Daniel y Nina Carasso ha alineado su estrategia de mecenazgo con una política de inversiones con impacto positivo. Esta política de inversión tiene en cuenta, por un lado, la búsqueda de rentabilidad y, por otro, la voluntad de asegurar la coherencia entre nuestra misión y nuestros valores. Así, la Fundación interviene de manera consecuente en los mercados financieros, comprometiéndose a la vez con estrategias de inversión socialmente responsable (ISR) y con inversiones de impacto.
La transición ecológica, prioritaria en nuestra política de inversión
Desde la celebración de la COP21 en el año 2015, la Fundación se ha movilizado asumiendo compromisos medioambientales en materia de inversión, entre los que desataca, de manera evidente, la descarbonización de su cartera como resultado de la firma del manifiesto DivestInvest. Con la suscripción de los Manifiestos por el Clima de las coaliciones francesa y española en 2020, la Fundación consolida firmemente la integración de los desafíos de la lucha contra el cambio climático en su misión social, su funcionamiento y su política financiera.
Estrategia de inversión de impacto
La Fundación invierte principalmente en fondos que apoyan a empresas en fase de crecimiento, por lo general innovadoras y que, en todos los casos, mantienen un carácter de ruptura con lo establecido. La Fundación apuesta por el cambio de escala de este tipo de actores y por su capacidad para desplazar los límites. Bajo esta premisa, la Fundación identifica actores dedicados a temáticas huérfanas o poco exploradas por los grandes inversores. El resultado es una estrategia de inversión centrada en tres líneas principales:
-El refuerzo de las misiones sociales de la Fundación (Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano)
-La lucha contra el cambio climático, la protección de los recursos y la biodiversidad
-La sostenibilidad de los sistemas y la centralidad de las personas
Por todo ello, la Fundación ha puesto en marcha el fondo de inversión de impacto Sustainable Food Systems (FDNC-SFS) con el apoyo de Quadia, y el fondo de arranque Tiina, en colaboración con la Fundación Ship2B.
