Para la Fundación Daniel y Nina Carasso, la evolución de la Red de Municipios por la Agroecología (RMA) es uno de los ejemplos más claros de cómo una iniciativa discreta en sus inicios puede desarrollarse hasta llegar a ser un gran proyecto de trabajo en red, generador de propuestas y de resultados a través de la creación colectiva de instrumentos adaptados a las demandas de sus miembros. El apoyo brindado desde 2016, primero a través de nuestra convocatoria Sistemas Alimentarios Territorializados (SAT) y después directamente al proyecto de red en sí, muestra cómo, con un acompañamiento adecuado, proyectos con ambición, estrategia y profesionalidad, se van desarrollando hasta alcanzar su potencial y brillar con luz propia.
En su proceso de transformación, la Red –que en sus primeros años se denominaba Red de Ciudades por la Agroecología– ha destacado por su proceder ante los diferentes actores, los retos que enfrenta y la necesidad de aunar cada vez más apoyos, con una actitud proactiva e innovadora. Impulsada desde sus inicios por el Ayuntamiento de Zaragoza y de la Fundación Entretantos, ha sumado a 36 municipios y otras tantas entidades, integrando en el trabajo en red a concejales y otros cargos electos, personal técnico municipal, organizaciones sociales del ámbito local y otros actores territoriales. Más recientemente, se enumera la adhesión de la Diputación de Barcelona, lo que muestra ese potencial integrador de la Red. La capacidad para desarrollar esas alianzas para construir sistemas alimentarios locales, respetuosos con el medio ambiente, sostenibles, inclusivos, resilientes, seguros y diversificados, es una de las singularidades que le permiten crecer en entornos de diversas tendencias ideológicas con los que trabaja para aunar políticas públicas, actividades económicas y desarrollo social.
En línea con lo anterior, el carácter inclusivo es otro elemento de este desarrollo, y muestra de esto es la adhesión a la Red de entidades locales de diverso perfil, abordando en sus programas los desafíos del ámbito urbano y rural y fomentando el intercambio, como el caso de Alimenta Territorios y el Grupo de Trabajo de pequeños municipios y entidades supramunicipales. A ello se suma la creación y participación en diversos foros locales, nacionales e internacionales sobre alimentación agroecológica generando importantes alianzas en el ámbito internacional, así como la participación en los proyectos del Reto de Barcelona por la Alimentación y el Clima, RURBACT-Ae y Liveseeding. En este camino, la Red ha recibido en los últimos años el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), a través de la Fundación Entretantos, y también del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
En esta trayectoria, la RMA se ha convertido en impulsora de buenas prácticas para el desarrollo de políticas públicas alimentarias sostenibles como la apertura de mercados de productores durante los meses de la emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19 en 2020. A su vez, ha tomado impulso a partir de los sucesivos acuerdos del Pacto de Milán, con los que las entidades que la conforman han definido algunas de las políticas alimentarias planteadas por la RED para consolidar sistemas sostenibles basados en la salud, la acción contra el cambio climático, el beneficio económico y el desarrollo rural. En esta trayectoria, en la que la Fundación ha estado presente, destacan también declaraciones y propuestas para la acción climática para la alimentación.
El perfil vanguardista y la sistematización de sus buenas prácticas, para que sean aplicables en distintos territorios y realidades, multiplica el impacto de sus iniciativas. Un claro ejemplo de ello es la herramienta de cálculo de los impactos ambientales, climáticos y socioeconómicos de los proyectos con orientación agroecológica lanzada en 2024. Algunos beneficios de esta calculadora inciden en áreas como la restauración, los mercados de proximidad, la relocalización de la producción agraria, la reducción de pérdidas y el desperdicio alimentario, los sistemas alimentarios ciudad-región y el consumo doméstico. Este instrumento es también uno de los componentes del Laboratorio Alimentación y Clima, otro de los principales proyectos de la Red, y que ofrece a los municipios materiales, procesos, estrategias y recursos, para abordar el reto climático en los sistemas alimentarios locales. Otros hitos a mencionar son la creación de grupos de trabajo, como el de Sistemas Alimentarios y Urbanismo, con el fin de integrar la alimentación en las políticas urbanísticas locales. También el grupo de Derecho a la Alimentación Saludable y Sostenible, con el que se busca impulsar sistemas que garanticen una alimentación sana, vinculada al territorio y que respete los derechos humanos en toda la cadena.
En ese camino, la Red ha celebrado su encuentro anual de 2025 en Orduña. Bajo el lema “Municipios que alimentan. Políticas locales basadas en la agroecología” convocó a representantes de las entidades que la conforman a dialogar sobre las políticas alimentarias de las administraciones locales, el desperdicio de alimentos y la economía circular.
Este recorrido de esfuerzo y de visión colectiva, a través de las acciones materializadas por la Red, da cuenta de una etapa de crecimiento orgánico basado en la proactividad, la inclusión, la innovación y búsqueda de soluciones a los desafíos de los proyectos alimentarios con orientación agroecológica en el ámbito municipal. Por ello, desde la Fundación Daniel y Nina Carasso nos alegra ser parte de este camino iniciado hace ya casi 10 años, apoyando a la Red desde sus inicios y ahora acompañándola en su fase de consolidación.
El camino recorrido por la Red de Municipios por la Agroecología en estos casi 10 años ha sido intenso, rico de aprendizajes, colaboraciones, intercambios y debates. El impacto conseguido a través de políticas alimentarias se traduce en un avance de la sostenibilidad de los sistemas alimentarios ligados a las ciudades de la red. Para la Fundación es todo un orgullo haber ido acompañando este proyecto en sus distintas fases de creación, crecimiento y consolidación, que demuestra con hechos como un equipo dedicado y profesional, con una estrategia planificada colectivamente y una gobernanza representativa, puede soñar y alcanzar sus metas.




