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Isabelle Le Galo Flores, elegida entre las Top 100 Mujeres Líderes

La Fundación
4 junio 2021

Nos ha llenado de alegría la noticia de que nuestra directora para España, Isabelle Le Galo Flores, ha sido elegida como una de las Top 100 Mujeres Líderes en España. Este reconocimiento, que alcanza ya su 9ª edición, nace por iniciativa de Mujeres & Cía con el objetivo de visibilizar el talento femenino para construir una sociedad basada en la igualdad. El galardón supone para la Fundación Daniel y Nina Carasso un orgullo y, al mismo tiempo, una tarea para seguir construyendo alianzas y soñando un mundo más equitativo.

 

Con una amplia trayectoria y formación en ingeniería matemática, filosofía y comunicación, Isabelle Le Galo fue la encargada de abrir, hace 6 años, la delegación española de nuestra fundación y desarrolló su trayectoria desde sus inicios. Como miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), vela por la innovación social de la organización y del sector filantrópico en general. Ha impulsado en España el Movimiento de Fundaciones por el Clima, cuyas dimensiones son hoy internacionales. Es miembro de los Advisory Boards de European Funders Commitment on Climate Change, Coalición Filantrópica por el Clima, CreaTures (creative practices for transformational futures), además de vocal del Real Patronato del Museo Reina Sofía y patrona de la Fundación CEMAS (Centro mundial de Valencia por la Alimentación sostenible). A título personal, es miembro del comité estratégico de la Fundación Menudos Corazones y Aspen Institute España Fellow. Hablamos con ella para conocer sus impresiones acerca del reconocimiento como una de las Top 100 y su visión de la igualdad como fuente de potencial económico y de innovación para la sociedad.

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"Este reconocimiento pone en valor el rol de todas las personas, en particular de las mujeres, que nos han acompañado en este camino y han confiado en nosotras para depositar sus propios aprendizajes y sus visiones de un mundo mejor."
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Isabelle Le Galo, directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso

¿Qué supone para ti haber sido seleccionada como una de las mujeres líderes Top 100?

Es un honor y una responsabilidad ser seleccionada como Top 100 Mujeres Líderes en España. El programa contribuye a dar visibilidad a trayectorias profesionales que me parecen sumamente relevantes e inspiradoras y, al mismo tiempo, nos traslada una responsabilidad al invitarnos a compartir los aprendizajes que cada una hemos podido ir recogiendo acerca de nuestras propias trayectorias, en particular con las generaciones más jóvenes. Además, este reconocimiento pone en valor el rol de todas las personas, en particular de las mujeres, que nos han acompañado en este camino y han confiado en nosotras para depositar sus propios aprendizajes y sus visiones de un mundo mejor. En mi caso, pienso en la extraordinaria personalidad que tenía mi madre y cómo me inculcó el propósito de servir al interés general a través de mi labor profesional. Pienso en mi primera práctica y en mi jefa por aquel entonces, Catherine Barras, una persona que confió en mí desde el primer minuto y me dio las claves del compromiso profesional. Pienso en las mujeres que me acompañan cada día, en mi familia; mi pareja y mis hijas, mis hermanas. Pienso en todas las mujeres del equipo de la Fundación que me inspiran a diario; Nana, Marie-Stéphane, Marina, Pilar, Eva, Cristina, Marion, Anastassia… Y en las de fuera de la Fundación; Mercedes Valcárcel, Techu Arranz, María Acaso, Irene Aláez, Rosa Gallego… y tantas más. Este reconocimiento también es el suyo y así me gustaría vivirlo.

¿Qué tipo de perfiles se encuentran entre esas cien mujeres seleccionadas en esta convocatoria de Mujeres & Cía?

Las Top 100 son las suma de diez perfiles líderes en cada una de las 10 categorías entre las que hay desde académicas, investigadoras y pensadoras hasta empresarias y directivas, pasando por deportistas, personalidades de la cultura o mujeres con responsabilidades en cargos públicos, todas ellas con gran relevancia en la sociedad actual. Entre las seleccionadas de esta edición y de las anteriores hay muchas personas cuya trayectoria profesional admiro y valoro muchísimo como Julia Sánchez, Sonia Mulero,  ambas directivas del sector filantrópico, Marina Garcés, filósofa, ensayista y profesora o Marina del Val, investigadora del CSIC, por mencionar algunas. En cada una de las seleccionadas veo una historia apasionante y creo que pueden ser un gran ejemplo para las nuevas generaciones.

Tu nominación estaba enmarcada en la categoría de Tercer Sector, ¿cuáles son las principales aportaciones que, en este ámbito, estás realizando desde la Fundación?

Mi selección como Top 100 en la categoría Tercer Sector tiene mucho que ver con la labor que desarrollo con mi equipo desde la Fundación Daniel y Nina Carasso. Creo que con mi nombramiento se ha querido destacar el perfil de liderazgo de una Fundación estratégica, muy implicada en la innovación en materia de transformación social. Asumimos los riesgos propios de una entidad pionera en muchos aspectos vinculados con la filantropía contemporánea. Nuestro trabajo se centra de forma intensa, por ejemplo, en la evaluación y gestión de impacto para transformar nuestra sociedad, en el fortalecimiento y capacity building de los ecosistemas de proyectos con los que trabajamos, en la recogida colaborativa de aprendizajes entre todas las entidades dedicadas a un mismo propósito y a la puesta a disposición de todos en abierto, de manera que sirva a una infinidad de agentes. Detrás de todas nuestras acciones están sobre todo la capacidad de inspirar a organizaciones muy distintas entre sí y de fomentar su cooperación, una de las claves más cruciales para la transformación de nuestro mundo frente a los grandes retos de hoy.   

¿Por qué es necesario reducir la brecha de género para impulsar la transición sistémica?

Cerrar la brecha de género que todavía existe en España es crucial a varios efectos. Es un compromiso moral, vinculado con la igualdad entre las personas. También es una oportunidad económica para nuestro país. Se estima que, si lográramos reducirla, podríamos aspirar a un incremento de en torno al 15% de nuestro PIB. Pero además es también una oportunidad intelectual y metodológica. Intelectual porque ninguna sociedad debería permitirse el lujo de no contar plenamente con la inteligencia y capacidad de innovación y producción de la mitad (o de cualquier parte) de su población, sea de manera activa o pasiva. Las sociedades deberían hacer justo lo contrario: impulsar, asegurar y fomentar el pleno desarrollo profesional de todos y cada uno de sus individuos. Y metodológico porque las maneras de trabajar que aportan las mujeres a menudo complementan otras formas de dirigir más tradicionales. En ello radica también una riqueza que puede generar una mayor capacidad de innovación, imaginación y cooperación entre agentes.

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"Las nuevas generaciones tienen más integrada la necesidad de construir la igualdad de género, pero en medio de un futuro muy incierto, nos toca a nosotras, generaciones de padres, madres, abuelos, abuelas impulsar las condiciones para el pleno desarrollo de la sociedad que imaginan, una sociedad que pasa necesariamente por la igualdad."
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Isabelle Le Galo, directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso

En un momento de riesgo de involución por el impacto de la pandemia, ¿qué cuestiones deben ocupar especialmente nuestra atención para no perder los avances conseguidos?

Sabemos que el impacto de las crisis siempre es mayor en las mujeres, los jóvenes y las personas en riesgo de exclusión. En el caso de la pandemia no ha sido diferente, desafortunadamente. En estos momentos es importante reconocer la carga de cuidados y tareas múltiples que recaen en la mujer y proteger su bienestar. A la vez, debemos seguir impulsando una mayor representación de las mismas en las instancias de decisión, hasta llegar a una situación de igualdad. De la misma manera, frente a retos actuales como la emergencia climática, en esas mismas instancias debemos promover la toma de decisión de los jóvenes y cuidar a nivel institucional y privado la justicia entre generaciones. Las mujeres jóvenes son por lo tanto un colectivo que debemos impulsar con decisión y ambición. 

¿Qué cambios pueden aportar en este sentido las Top 100 muchas de ellas pertenecientes a la Generación X a las nuevas generaciones de hombres y mujeres que actualmente están forjando su futuro?

Inspirar desde el ejemplo, a la modesta escala de una vida, es lo primero que podemos hacer. Decía una de las premiadas Top 100 que a veces la modestia nos limita a la hora de compartir aprendizajes, consejos o impulso. Pero que no debemos olvidar que siempre somos el referente de alguien. Y como tal, debemos vivir y trabajar desde ese profundo convencimiento de la necesidad de compartir, impulsando la igualdad entre personas y entre generaciones. La fundadora de la iniciativa, Mercedes Wullich, también comentó en la gala de presentación de los premios algo que me pareció precioso: “todas somos centinelas de nuestros sueños y ambiciones, para nosotras mismas, pero también para este mundo y las generaciones venideras”. Es importante dedicar tiempo a legar lo que vamos aprendiendo y a acompañar los pasos de otras personas, mujeres jóvenes en primer lugar. De manera general, las nuevas generaciones tienen más integrada la necesidad de construir la igualdad de género, pero en medio de un futuro muy incierto, nos toca a nosotras, generaciones de padres, madres, abuelos, abuelas impulsar las condiciones para el pleno desarrollo de la sociedad que imaginan, una sociedad que pasa necesariamente por la igualdad.

© Créditos de las fotografías: Pablo Á. Mendivil