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APAEMA está construyendo un centro de acopio, distribución y transformación agroecológica en Mallorca

Alimentación Sostenible
16 abril 2025

Nofre Fullana es el director técnico de APAEMA, una asociación mallorquina con más de 550 socios y socias que defienden y fomentan la agricultura ecológica y la agroecología. Conversamos con él sobre el proyecto de APAEMA Centro de acopio, distribución y transformación agroecológica de Mallorca, que tiene como objetivo construir y poner en marcha un espacio de esas características con la misión de convertirse en un punto de referencia y encuentro para facilitar la logística y la distribución en la isla. El proyecto fue seleccionado en la tercera edición de nuestra convocatoria Del Campo a la Despensa que está dirigida a iniciativas de transformación y distribución de alimentos sostenibles.

En este tiempo de acompañamiento se han llevado a cabo las cuestiones más burocráticas para hacer realidad este lugar, en el que APAEMA hará confluir toda su actividad, tanto la del nuevo centro como la de los dos obradores colectivos con los que ya cuenta la asociación. Para inspirar a otros proyectos de cara a la convocatoria de Del Campo a la Despensa de este año, hablamos con Nofre Fullana, director técnico de APAEMA.

¿Por qué os animasteis a presentar el proyecto del centro de acopio de APAEMA a la convocatoria de Del Campo a la Despensa de la Fundación Daniel y Nina Carasso?

Nuestro proyecto encajaba a la perfección con la convocatoria. Habíamos tenido una experiencia previa con esta convocatoria presentando el proyecto S’Obrador, un obrador colectivo de elaboradores vegetales, que nos hizo conocer de primera mano las facilidades y cercanía con las que la Fundación gestiona su apoyo a proyectos como el nuestro. Para entidades como la nuestra, este tipo de apoyos son fundamentales para poder poner en marcha proyectos transformadores de este tipo, con un impacto real en el territorio.

Con Del Campo a la Despensa la Fundación Daniel y Nina Carasso contribuye al escalado de proyectos como este. ¿Cómo ha evolucionado el proyecto y qué os ha aportado este acompañamiento?

El proyecto se encuentra todavía en una fase inicial, terminando de cerrar todas las cuestiones técnicas y legales para que pronto pueda ser una realidad. El hecho de que pretenda ser un proyecto referente, de gran magnitud en todos los sentidos, necesita que se cuiden mucho los detalles y los aspectos a tener en cuenta. Mientras estamos a la espera de conseguir los permisos necesarios, nos hemos centrado en el último año en trabajar codo con codo con el arquitecto y el ingeniero que están dibujando los planos de los edificios que compondrán el centro, además de con las personas productoras que harán uso de éste y otros actores implicados.

Aparte del apoyo económico, el acompañamiento que realiza la Fundación a los proyectos seleccionados es de gran utilidad para poder, primero, sentir que no se está solo en la construcción de alternativas basadas en las personas y el territorio, y en la necesaria transición agroecológica, que se forma parte de un conjunto de entidades con valores y líneas de trabajo similares. Segundo, el acompañamiento de la Fundación pone a disposición de los proyectos herramientas y formaciones imprescindibles para mejorar en el desarrollo de éstos.

En un futuro próximo se podrá ver el centro construido físicamente, ¿cómo ayudará este espacio a transformar el sistema alimentario local?

El Centro de acopio, distribución y transformación agroecológica de Mallorca pretende ser un punto de encuentro desde donde poder realizar una logística y distribución más fácil y eficiente para abastecer más y mejor a grandes consumidores como comedores escolares, comercios, supermercados y hoteles. Esta parte será gestionada por la cooperativa Pagesos Ecològics de Mallorca. El traslado de los dos obradores permitirá crear sinergias entre el centro logístico y estas industrias, mejorando la eficiencia de procesos y reduciendo el desperdicio alimentario. El centro supondrá una concentración de la actividad y la incidencia que lleva a cabo APAEMA, también, desde la formación, la investigación, el asesoramiento técnico que lleva a cabo, entre otros. Se trata, en definitiva, de una infraestructura indispensable para conseguir el ansiado salto de escala agroecológico y la transición hacía un modelo de abastecimiento alimentario más sostenible para nuestra isla.

APAEMA cuenta también con dos obradores colectivos, ¿en qué se verán beneficiados cuando el centro esté construido?

APAEMA cuenta con S’Obrador, un obrador colectivo de conservas vegetales, y un obrador cárnico que se convirtió hace un año en cocina-obrador para ofrecer servicios de cátering con producto ecolocal 100% de nuestros socios. Cuando esté a punto, los dos obradores van a trasladarse al nuevo centro, lo que va a suponer una mejora en todos los sentidos para estos dos espacios/proyectos: ampliación del espacio para elaboraciones, mejora en la gestión de entrada y salida de producto, almacenaje del stock, incremento de la visibilidad de estos proyectos y su impacto, etc.

¿Cómo se beneficiarán las 550 personas asociadas a APAEMA de la construcción del centro de acopio? ¿Beneficiará a otros agentes del territorio?

Nuestras productoras dispondrán de un centro logístico donde podrán concentrar su oferta, organizar un almacenamiento temporal de determinados alimentos, y desde allí, distribuir hacía los diferentes puntos de consumo. Este centro será la semilla para, justamente, implementar una distribución colectiva que libere, aunque sea de forma parcial, a nuestros socios de la carga que supone esta parte de la cadena alimentaria. Les resultará fácil ampliar el contacto con el servicio de maquila que ofrece el obrador y les ahorrará desplazamientos y costes.

Sin embargo, hay que considerar de gran relevancia el impacto social que va a tener el centro entre nuestros socios y entre la sociedad mallorquina, ya que éste se convertirá en la sede de la asociación. Este hecho va a suponer un punto de encuentro, de reunión y celebración, que incidirá muy positivamente en las relaciones entre operadores ecológicos, y entre éstos y las personas consumidoras, puntal imprescindible para la progresión hacía un modelo más sostenible de isla.

APAEMA se encuentra en la isla de Mallorca. ¿Qué retos encontráis con la situación geográfica para conseguir los objetivos del proyecto?

Ser una isla supone un reto y a la vez una ventaja. El reto radica en lidiar con los costes extras que conlleva la insularidad, que afectan de lleno a nuestra actividad agraria. Lidiar, también, con la competencia de usos impropios del suelo rústico, como viviendas vacacionales e instalaciones fotovoltaicas, en un contexto territorial donde la principal economía es el turismo y el sector servicios. No es nada fácil vivir en un territorio que soporta 18 millones de visitantes. La ventaja, en cambio, es que disponemos de unas dimensiones geográficas que nos estrechan las distancias entre producción y consumo si nos comparamos con respecto a otras regiones de la península. El ser una isla ha permitido cierto aislamiento que ha provocado una mejor conservación de técnicas y paisajes tradicionales, variedades locales y razas autóctonas. Todo ello hace posible que, con voluntad, salgamos de un lugar privilegiado a la hora de caminar hacia una soberanía alimentaria real.

¿Cuáles son las claves para que APAEMA continúe creciendo y consolidándose?

APAEMA es una entidad que ha crecido mucho en los últimos años. Hemos desplegado gran variedad de líneas de actuación e incidencia, tanto para nuestros socios como para otras personas, incluso administraciones. Ya somos cerca de 600 socias, muchas de ellas implicadas en el día a día de la asociación, que participan activamente de nuestros proyectos o que simplemente aprovechan los servicios que se prestan: formación, asesoramiento técnico, compras conjuntas, elaboración de conservas… que ofrece el comprometido equipo técnico que tenemos. Partiendo de este contexto, las claves para que APAEMA continúe creciendo y consolidándose es conseguir nuevas fuentes de financiación estables para consolidar la estructura construida y su impacto, reduciendo la inseguridad económica y reteniendo talento en el equipo técnico. Otro reto es encontrar la fórmula para  mantener ese caldo de cultivo que es ahora mismo la asociación, sin perder la conexión que existe entre socios y equipo técnico. Sin duda, disponer de una sede propia y de una infraestructura como el nuevo centro, va a ser clave para poder llegar donde queremos.

¿Cómo os imagináis vuestro proyecto dentro de 10 años?

Nos imaginamos el centro en plena actividad, con furgonetas de agriculturxs ecológicos entrando y saliendo de la finca, camiones de reparto cargando género para llevarlo a diferentes puntos de consumo. El obrador colectivo transformando fruta o verdura aprovechada del centro logístico o que algún productor haya dejado horas antes en los almacenes. Las oficinas de APAEMA con el equipo técnico trabajando, atendiendo socios que se acercan a pedir consejo, a resolver sus problemas diarios con personas que están a su disposición. Será lugar de visita para esas personas interesadas en la agricultura ecológica, que quieran aprender a través de cursos o visitar el centro y las parcelas de cultivos de la finca, curiosear. O bien personas interesadas en los alimentos que ofrecen nuestros productores y productoras.

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